27 de septiembre de 2008
Hace un tiempo, en la diócesis de San Martín, se viene gestando una idea. Más que una idea, es una propuesta/pedido a nuestro obispo por parte de una de las órdenes que tienen parroquia en el territorio diocesano.
Dicha orden, afectada por la crisis vocacional que está atravesando toda la Iglesia, se ve imposibilitada de atender de manera adecuada a la feligresía, por lo tanto se haría el traspaso de la parroquia a una administración diocesana.
O sea, la orden retira de la parroquia al sacerdote actual (que por su salud no puede cargar con la responsabilidad) y en su lugar se pondría un sacerdote diocesano.
Todas estas negociaciones y charlas se hicieron con el obispo, pidiéndole su "sigilo". Ni siquiera los miembros de la comunidad parroquial en cuestión lo saben (me animo a decir que ni siquiera el CO.PA.PA está al tanto). Pero la información se filtró.
Según dicen, para Noviembre ya estaría realizado el cambio. Pero yo supongo que el Padre Obispo dilatará la cuestión hasta fin de año, esperando los tiempos calmos de las vacaciones.
Lo que me llama la atención no es el cambio de manos (suponemos que es una decisión difícil y no fue tomada a la ligera); sino la no participación de la comunidad parroquial en todo esta situación.
Debe ser chocante para un feligrés, que durante muchos años de su vida fue a una parroquia de determinada orden, formándose en su carisma y su mística; ir a la misa de 11 y encontrarse con un nuevo sacerdote y encima diocesano.
MNTN
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